El sábado 28 de agosto, migrantes de Haití, Cuba, Venezuela, Honduras, Colombia y Guatemala, se organizaron para salir en caravana desde Tapachula, Chiapas, con rumbo a la Ciudad de México, después de cinco días de manifestaciones.
Agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y elementos de la Guardia Nacional (GN) interceptaron e intentaron detener, sin éxito, la caravana de migrantes, sin embargo, tras enfrentamientos y un uso excesivo de la fuerza por parte de los funcionarios mexicanos, lograron detener a cerca de 40 personas, según informes extraoficiales.
La caravana de migrantes avanzó hasta el municipio de Huixtla, donde esta tarde estuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador para inaugurar la reconversión del Hospital General de Huixtla, junto con el gobernador Rutilio Escandón Cadenas y otros de sus colaboradores.
Los migrantes han protestado porque acusan que Tapachula se ha convertido como una cárcel para ellos, donde las autoridades migratorias han pretendido retenerlos durante varios días, semanas o hasta meses.
Los migrantes reclaman al INM y a la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados (COMAR), ambas de la Secretaría de Gobernación en Tapachula, de dilatar sus solicitudes de refugiados para que puedan establecerse en este país y empezar una nueva vida laboral.
La mayoría de los migrantes denuncian que ninguna autoridad del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) ha establecido una mesa de diálogo o ha marcado una postura para resolver su situación migratoria.
El presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que su gobierno seguirá conteniendo a los migrantes de Centroamérica que busca llegar a Estados Unidos.
“Sí vamos a seguir conteniendo, pero hay que buscar soluciones de fondo, estructurales, y también Estados Unidos tiene que dar becas y tiene que permitir visas temporales de trabajo para Centroamérica. No les afecta en nada porque se necesita en Estados Unidos y en Canadá fuerza de trabajo”, dijo Obrador, durante la inauguración de planta contra la mosca Mediterráneo, en Metapa, Chiapas.
El presidente sostuvo que insistirá a Joe Biden, presidente de Estados Unidos, y Kamala Harris, vicepresidenta de ese país, en la implementación del programa Sembrando Vida en El Salvador, Guatemala y Honduras.
“Insisto mucho con las autoridades de Estados Unidos para que hagan lo mismo en Guatemala, en Honduras, en El Salvador. Nosotros estamos sembrando en México un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables y se les da trabajo a más de 420,000 mil personas.
“Es una inversión de 1,3000 millones de dólares al año, pero qué no puede Estados Unidos, no puede Canadá hacer esto en Guatemala, en Honduras, en El Salvador”, señaló.
Obrador recordó que las personas migran por necesidad, por lo que –dijo– la creación de oportunidades de empleo es la mejor forma de enfrentar el fenómeno migratorio.
“Por eso vamos a seguir insistiendo con el gobierno de Estados Unidos, para crear un plan de desarrollo del sur, del sureste, de Centroamérica, para enfrentar el fenómeno migratorio.
“No hay otra opción, es la más humana y la más eficaz, el que se regrese al campo en Chiapas, en el sureste y también en países de Centroamérica”, dijo.